¿Te imaginas tener tiempo para sentarte con un paciente y explicarle, con calma, cómo funciona su medicación? En Noruega, esto no solo es posible, es parte del sistema sanitario.
- Un servicio financiado por el estado
Cuando un paciente comienza un tratamiento cardiovascular, tiene derecho a recibir un servicio gratuito de consultas en farmacia, financiado por el estado.
Estas consultas, dos en total, duran unos 20 minutos cada una y son dirigidas por el farmacéutico.
- ¿Qué se hace en estas consultas?
Durante el encuentro, hablamos de temas esenciales como:
- Cómo actúa el medicamento en el cuerpo.
- Por qué el médico ha recetado ese tratamiento y qué puede pasar si no se toma.
- Posibles efectos secundarios y cómo actuar si aparecen.
- Qué hacer si se olvida una dosis y consejos para evitarlo.
- Y, sobre todo, escuchamos y resolvemos dudas (¡y miedos!).
- ¿El objetivo? La adherencia al tratamiento
Lo que buscamos es sencillo pero potente: que el paciente entienda y confíe en su tratamiento. Cuando una persona comprende el “por qué” de su medicación, está más motivada a seguir tomándola correctamente. El conocimiento empodera. Y eso se nota en los resultados.
- ¿Y quién puede hacer estas consultas?
Los farmacéuticos que quieran ofrecer este servicio deben pasar primero por una formación específica, que organiza la propia farmacia. Esto garantiza que estemos preparados para acompañar a nuestros pacientes con la profesionalidad que merecen.
Este modelo es una muestra más de cómo, en Noruega, el farmacéutico tiene un papel activo y valioso en la salud del paciente.